Querido José María:
Espero que no te hayan matado en la guerra, sobre todo por la pérdida de tiempo que habría resultado escribirte esta carta. También espero que no te hayan herido entre las piernas, ya sabes que es mi parte preferida de ti. El apéndice lo puedes perder sin problemas, o las amígdalas que dicen que no sirven para nada.
El otro día estábamos un poco alicaídos por las noticias que nos llegaron del frente, al parecer os van a racionar el champán y el caviar, lo pasamos muy mal por vosotros,no se puede luchar sin lo imprescindible, sospechamos que el alto mando tiene una crisis de liderazgo después de que el mariscal de campo se llevara los tanques para desalojar a unos okupas que se le han metido en un apartamento que tiene el parque de las avenidas. Gonzala, nuestra querida pequeña, es muy sensible y se puso a levitar ayer a la hora de la cena. Estoy segura de que lo hizo por animarnos, se nos notaba tristes y se arrancó a hacer gracias. Oye no sabes que bien flotaba, como si fuera una mística de verdad.
Yo le he pedido a Fernando mi amante, que se venga a casa, creo que te acordarás de él, os presenté en el tanatorio cuando se murió tu madre. Siempre viene bien tener un hombre cerca. El se ha librado del frente por homosexual, pero ya te digo yo que de homosexual nada, en todo caso bisexual como Ricky Martin, me da unas tundas por la noche que retumban hasta los crucifijos de los vecinos. Estamos pensando en tener un hijo juntos pero que lo críes tu al volver, nos gustan los nombres de Ramón y Napoleón si es niña ¿Qué te parece la idea?
Fernando es pintor y nos está retratando a todos, te van a encantar los cuadros, es finísimo. Quiere una foto tuya para retratarte a ti también y me ha pedido que te pregunte si quieres salir desnudo o vestido.
Nada más a la presente. Todos estamos bien, esperamos que tú también.
Cuando vuelvas por favor pásate por el súper y trae: Leche, pan y huevos.
Tuya siempre
Pilar