Los poetas tienen cáscara y hasta que no salen de ella no pueden hacer verdadera poesía.
No se sabe con certeza cuando fue la primera vez que un poeta abandonó su cáscara. Ciertos paleontólogos de la escuela francesa han hallado fósiles de una clase de mustélidos con restos de lo que parecen cáscaras de poeta. Esto se rebatió profusamente por el gabinete de historia de Harvard en el número 762 de la edición americana de Vogue.
La primera colección de cáscaras de poeta la comienza el ayudante de cámara de Joseph Haëndel. Tras la creación del “Mesías”, que le llevó una semana de clausura, el maestro dio la orden de arreglar su estancia, el ayudante rescató lo que al principio pensó que eran las sábanas sucias y rígidas con las que se había arropado durante el éxtasis creativo. Un segundo vistazo le hizo cambiar de opinión y sin saber muy bien lo que era lo guardó intrigado. Fue Champolion, durante las guerras Napoleónicas quien identificará correctamente el significado de este hallazgo
No es de extrañar que un músico y un poeta se confundan. La lírica y la poesía cohabitan incestuosamente.
Se dice que en el 69, en una juerga pop-roc, Janis Joplin, John Lenon y Bob Dylan arrojaron al fuego sus cáscaras de poetas. Otros dicen que esa fue una historia que se inventaron para la revista “Rolling Stone” y que en realidad nunca llegaron a desprenderse de ella. Sostienen que esa es la verdadera razón de que Dylan no recoja los premios.
Por otro lado, lo más normal es que el poeta sea de corte puro y sin lírica.
.En Madrid se encuentra la mayor colección de cáscaras de poetas del Mundo. Entre las piezas de colección podemos destacar las cabezas enteras de los inmortales Hoffmantal y Rilke, que trajo el archiduque de Austria con una caja de bombones para su tía María de las Mercedes, de las poetisas Rosalía de Castro y Gloria fuertes. De Cela, cuya cáscara permaneció escondida en la alcarria hasta el año 89 y que dicen que se desembarazó de ella escribiendo el “La insólita y gloriosa hazaña del cipote de Archidona“.
Entre las piezas hay dos curiosísimas excepciones de poetas sin obra que a pesar de todo soltaron su cáscara. Uno es Michi Panero y el otro “El Cordobés” padre.
Supongo que esto último es consecuencia de la postmodernidad. El materialismo, el trabajo en equipo y las facturas industriales están extinguiendo a los poetas, o al menos su obra.
Os quiere, vuestro chico trabajador
Cáscaras de poeta, “Misterioso asesinato en Madrid”
Madrid, 30 de Noviembre del 2016