Proceso del cuadro de Valdemorillo
Sigo a lo mío. El otro día recibí en el estudio. El señor era importante y me había encargado un retrato de su hija.
-A sus pies
-¿Qué dice?
-A los pies de su hija
-¿De que está usted hablando?- Empezamos con mal pie, yo ya me imaginaba que la cosa iría mal, el tema era un alud. Lo mejor sería acabar cuanto antes.
-Le tengo preparado el cuadro-Empecé a desenrollar aturullado, las burbujas plopeaban el tenso silencio.
-La nariz…
-Sí, por supuesto, le he operado la nariz
-¿Qué dice?-Se ofuscó, la chica era mona pero operada de la nariz, un lapsus lingüe puso el dedo en la yaga.
-Eeeeh, quiero decir que le he pintado la nariz algo más pequeña
-¿Y las orejas?
-También, una a cada lado
-¿Se mofa usted?
-Con todos mis respetos, ni de usted ni de su hija, pero es que con los ajustes, que usted me sugirió para, la nariz, orejas, labios, color de ojos, pómulos y arrugas, he cometido un par de errores durante el proceso que he tenido que subsanar.
-¿Cómo?
-Pues miré cuando me llamó para contarme que quería los pómulos más elevados, tuve que cambiar la cabeza y sin darme cuenta aparecieron tres orejas en vez de dos
-¡¿tress!?-tronó
-Ya está subsanado
-¿Algo más que deba saber?
-Nada más, solucioné lo de los ocho ojos, la alopecia, la piorrea y la escoliosis-Dijé mientras le mostraba el resultado. El señor “Messeguer” pudo ver al fin, a Kate moss contemplando su Penedés natal, mientras un grupo de forofos cinegéticos ingleses, conducidos en vespa, daban caza a un toro.-Nuestras miradas se cruzaron como en “El bueno, el feo y el malo”
-Está perfecto.-
Desde entonces siempre cuento que he sobrevivido a un alud.