Queridos intelectuales marginales, esta vez llego algo entumecido a nuestra cita dominical;
Tenía preparado algo maravilloso para ARCO. Sin embargo no todo ha salido como esperaba.
Aprovechando el escándalo del portorriqueño ese que se ha cepillado uno de los jarrones de Wai Wei, en L.A. había dispuesto una acción de protesta genial para esta edición 014.
El plan era el siguiente. Bajo un elegante atuendo de coleccionista americano ocultaba un traje de halterofilia rojo ajustado tipo Borat. Un infiltrado, al que debería delatar dado lo ocurrido, debía pasarme en los baños una réplica de ese jarrón y unos patines. Se supone que yo saldría haciendo malabarismos con el jarrón deslizándome entre los stands de las galerías en un símbolo de fanática transversalidad (los que no conozcáis el término os aconsejo el título “Tranversalidad, jardinería y filatelia” autor, Abdulá Du Chateaux, ed. Conocimiento extremo, 1989)
Sin embargo, el contacto, un delator lleno de bajeza, cantó a las primeras de cambio.
La fatalidad de los idusde marzo, que ya están a la vuelta de la esquina, me sobrevino.
En el baño me encontré con un comité semi directivo, consensuado entre patronos y galeristas, y una considerable representación de las fuerzas del orden, en concreto de los Geos. Me habló un hombre con bigote y maneras.
-Mire Navarro. Estamos al tanto de sus planes y lo que debería hacer es denunciarle y dejar que estos señores de aquí a mi derecha le den un tour por el Madrid periférico hasta Alcalá Meco.
-Oh-Quise decir pero me salió una arcada
-Sin embargo, usted nos está haciendo mucho daño desde su blog…
-¿En serio?
-No, pero un internamiento en la cárcel podría ser la chispa que encendiera la mecha de una noticia absurda. Le propongo una cosa.
Me propusieron el dorado. Dinero, fama, viajes gratis. Ni siquiera tendría que crear, de eso se encargarían unos guionistas camboyanos. Por supuesto que renuncié a mis ideales ipso facto. Me sacaron de fiesta, me emborraché con” no sé qué” Laffite. Le hice un calvo a un crítico finlandés… En fin lo pasé en grande.
A las diez de la mañana, cuarenta y ocho horas después, le entregaron un despojo a Mindi con unas fotos en el bolsillo de la chaqueta.
Conocimientos post-éxito
Quiero deciros desde aquí, por si esas fotos salen a la luz, que son un vulgar montaje. Nunca he estado en Las Vegas y jamás mantendría relaciones con una cabra. No callará mi voz una extorsión tan burda como esa. Mi integridad es irreprochable si no hablamos de cifras de más de cinco ceros.
Vuestro chico resacoso,
p.d ¿Cada cuánto se pueden tomar los ibuprofenos?