La enfermedad del artista

El artista es una persona de extrema sensibilidad que se ve afectado de igual modo por la naturaleza como por las enfermedades que la pueblan.
La enfermedad endémica del territorio artístico es la tuberculosis. Tanto es así que es fácil caer en el ostracismo y ser marginado por los colegas infectados si no la padeces.
Mis arrastrados lustros por el panorama (landscape para los anglófilos) profesional han desarrollado en mí un complejo de salubridad y lozanía inaceptables.

¿No será acaso que mi irrefutable buen hacer técnico y político carecía de la patología pertinente?
Dicho y hecho. Con el Blouson , el lazo y la boina que usamos todos los pintores me fui derechito al ambulatorio.
-Vengo a que me inoculen
-¿Perdón?-Dijo la señorita de la ventanilla-¿quiere que le enculen, se tiene que poner una lavativa?
-Oh no, no me ha entendido, quiero decir que quiero que me infecten de tuberculosis
-Ah.- Dijo escuetamente- Consulta seis, tercera planta- La verdad es que me vi sorprendido por los servicios de la seguridad social, es cierto que durante la breve espera, había alimentado ciertas reservas sobre la posibilidad de recibir esas atenciones. Pronto fui desengañado. La consulta seis respondía al departamento de Psiquiatría, no de enfermedades infecciosas.
-Está usted muy enfermo-Dijo el doctor al escuchar mis explicaciones
-¿Sí?-Dije eufórico
-Por supuesto, padece usted una neurosis morrocotuda con toques de paranoia, y estupidismo. Tómese dos pastillas de estás todo los días.
-¿Y no me podría pegar un poco de sífilis también?
-Tómese cuatro al día, mejor
En fin, no he conseguido exactamente lo que quería pero al menos mis colegas me aceptan en sus corrillos, aunque todavía no me dejan intervenir.