Luces de bohemia

El otro día un amigo mío artista se comió a otro en un arrebato de hambre. Yo me escandalicé:

-¿Te lo has comido así por las buenas, sin cocinar ni nada?

En general,la bohemia madrileña está perdiendo el charme, en los cincuenta se lo hubieran llevado a Lucio para que se lo hicieran al pil pil.

Otro amigo, artista del cuerpo, decidió que atendería performativamente el parto de su novia, a la cual había dejado embarazada su mejor amigo, el conserje.

Mi amigo con menos agallas de las que se suponía entró en el paritorio improvisado con una palangana de agua caliente y sabanas limpias. El bloody mary que se encontró fue demasiado para él, cuentan que la placenta corría frenéticamente por la habitación tratando de encontrar un lugar donde esconderse. Sin ton ni son se bebió el agua de la palangana y saltó por la ventana con la sábana a lo Superman. Su delirante muerte ha dejado casi una viuda y un conserje feliz.

Acostumbrado como estoy a estos atroces acontecimientos, muchas veces me pregunto si es necesario el estudio de la carrera de bellas artes para acceder al nirvana creativo. Los primeros domingos de mes un grupo de intelectuales nos juntamos para orinar desde un puente de la M-30 y siempre acabamos tocando este tema.

Concluimos que lo mejor que puede hacer un artista para convertirse en tal es violar un oso. Si sobrevive a la experiencia su conversación en las soirées neoyorquinas será infalible.

Me pregunto cómo ahora, que piden nota media para entrar en bellas artes, esperan que los empollones remen desnudos en las barcas del retiro.

Este es otro signo inequívoco del malévolo plan europeísta para convertir a España en una nación de contables.

Sin más hasta la presente, bien, tranquilos con Dios, me despido algo más que afectuoso, haceros ver un poco sobón. Vuestro chico trabajador

profesor

nueva asignatura de mecánica racional en bellas artes

 

2 Comments