Queridos colegas elásticos del club de bridge:
Hace poco tuve una perturbadora visita de unos marchantes al estudio que me forzó a discutir las cuestiones más elementales del universo del creador. Las razones de tanta ignorancia ya las he fundamentado en suficientes ocasiones. A modo de resumen, para los neófitos, les valdrá con saber que la transversalidad es el demonio y la vulgaridad y la tendencia su representación en la tierra.
Con esta gente terminé groseramente. Reconozco que había bebido un par de cervezas y que no debí mostrar mis atributos de manera tan obscena, ni por supuesto miccionar en los pantalones de aquel marginal de Glasgow, ni lanzarle piedras al coche mientras huían, había maneras más elegantes de terminar con la visita. Me calenté con tanto versículo demodé y tópico: Todos tenemos cabida, todo es válido, hacer fotos es muy difícil, blablá, blablá
Ayer fui a ver una expo de Photoespaña de una fotógrafa que ha hecho un par de viajes a china (como si se hubiera ido a Cuba) Me pregunto:
¿Esto le puede interesar a los chinos, desbordados de artistas chinos, ingeniosos, con sentido del humor, técnicamente impecables, críticos para con china, el sistema y el Life style Maoísta?
¿Acaso le puede interesar a un coleccionista español, la ocurrencia de una española de turismo, con una idea de China superficial, sesgada y tópica, ya que también ella, entre otras cosas, ha caído en la trampa de tunear la imagen de Mao?
Sobre lo de las fotos soy muy estricto, en el zoo vi un chimpancé que las hacía cojonudas. A ese mono le dejaron deambulando por el ciclotrón con la cámara en automático. Sus tutores legales vendieron el reportaje a “Time” el aniversario de 2001 odisea en el espacio. El descendiente más cercano de Stanley afirmó que el chimpancé había conseguido plasmar fielmente la luz fotográfica de su obsesivo ancestro.
Veo las fotos del ciclotrón y lo que me impresiona es ese inmenso anillo magnético que como la piedra filosofal es capaz de convertir el plomo en oro, a costes prohibitivos por supuesto, pero lo consigue.
Cuando pienso en esto me siento viejo y me acuerdo del poeta aquel del medioevo peloponesio. Decía:
“En Beocia es imposible esconder una fanega de trigo: ¡En cuanto haces un hoyo aparece un dios!”
“La visión contemporánea del mundo nos ha traído grandes cosas como, la vida pacífica, el confort y el desarrollo, los viajes low cost, los estándares internacionales, la medicina moderna y el culto al cuerpo, las vacaciones, las suecas, el consumo saludable, la épica deportiva, las drogas legales ¡y lo único que nos ha pedido a cambio de tanta ventaja es nuestra inteligencia y sentido crítico!”
El arte como capital (Dr. Bicoca, Ed. Reaccionarios)