Olimpiadas líricas de Benidorm 2017

La semana pasada me llamó el seleccionador nacional de poesía para participar en las Olimpiadas líricas de Benidorm 2017. Yo le dije con humildad que no me veía en condiciones de participar, que sí, que tenía cierta gracia en los movimientos, una más que considerable caída de ojos y que mi trabajo contenía una segunda lectura simbólica pero, que al fin y al cabo, en España había gente más dotada para competir representando los colores de nuestra nación palpitante de vestigios imperiales.

Él me respondió que me dejara de mariconadas. Que yo no iba allí a competir en la modalidad de “Lagrimones por Neruda”, ni en la de “Dialéctica en camiseta mojada y bañador”, ni siquiera contaba conmigo para “Anfetaminas y Faulkner”, “Salto de levitación mística”, “Chupito por verso”, “Besamanos y loas” o “Rimas con la tele puesta”.

Y dijo así: -“Mira, Navarro, todos los ganadores necesitan un hombre de equipo. Alguien dispuesto a hacer el trabajo sucio, aunque necesario. Alguien consciente de que muy por encima de su persona puede haber una idea, un ideal o una comisión tan lucrativa como lúdica. Una persona antigua, entregada, llena de voluntad, con una firme creencia en la victoria, en el conjunto, que haga piña, llena de pundonor. Qué sé yo, imagínate que tenemos a Boitila el polaco dando un recital en la competición de “Cantando en la ducha” pues te metes dentro y o te lo tiras o le partes los huevos ¿Me sigues?

-Le sigo, míster.

-Navarro, ese hombre eres tú. Tú has oído campanas, entiendes de qué va, más o menos, eso del lirismo, no levantarás sospechas, pueden incluso pensar que te seleccionamos para despistar al rival. Serás invisible. A los metafísicos les enseñarás pelis guarras, pasarás priva, te acostaras con las mujeres de los rivales, montarás fiestones en el casino y barbacoas en la playa, engañaras al servicio de habitaciones para que despierten al enemigo a destiempo, harás que se pierdan los autobuses oficiales y les meterás somníferos en el agua. Contratarás matones para dar palizas, extorsionaras a los jueces, y, en definitiva, harás cualquier cosa para allanar el camino a la gloria a tus compatriotas. Navarro, confío en que serás el hombre que nos des la victoria, y nos una a todos en una inmarcesible corona de laurel tan eterna como divina.

-Yo soy su hombre, míster, me cago en Ros.

-De puta madre, Navarro, van a ser unas Olimpiadas de poesía cojonudas, de putísima madre. La hostia

Obtuvimos una rotunda victoria en la modalidad de poesía infantil con disfraz.

Obtuvimos una rotunda victoria en la modalidad de poesía infantil con disfraz.