Un intento serio

Queridos amigos, el texto de hoy está lleno de palabras inapropiadas y recrea imágenes de mal gusto y en cierto grado ofensivas, alguna de ellas incluso es verídica. Es posible que seáis personas sensibles, en cuyo caso os rogaría que hicierais caso omiso del deseo de saciar vuestra curiosidad y pasarais página con el fin de conservar una imagen intacta de mí.

Al grano:

Acosado por las cursilerías teóricas decid fundar un club de artistas con unos colegas que tienen un taller de kawasakis.

El club lo financiábamos montando piezas chinas a espaldas del seguro, especulando en bolsa con computadoras y cortando cocaína que luego se menudeaba en Costa Polvoranca y en algún otro sitio de recreo para artistas contemporáneos. Los artistas contemporáneos no son esos finolis que van manoseando publicaciones abstrusas y articulitos con palabras raras que previamente han buscado en el diccionario y que viven en Malasaña. El arte folk se cuece a golpe de subbuffer, pechos de silicona, tatuajes pasados de moda, alerones, descampados y, en definitiva, miseria y aspiraciones.

Ante todo el arte es el show y una buena biografía, con antecedentes y talento. Todo el mundo sabe que todas las aristocracias artísticas han cometido parricidio y ya le ha llegado su hora a los teóricos.

El otro día irrumpimos en “El Reina Sofía” en nuestras kawasakis y con nuestras banderolas Postconceptuales y nos dimos un garbeo por las salas de la ampliación del museo demostrando nuestra superioridad moral.

Antes de irnos le dejamos un sobre al director recomendándole unas llantas de puta madre para su Lexus y nos fuimos a tomar cañas al puerto de la Cruz Verde.

Tenemos uno de los grupos de coleccionistas más sanos de los últimos cincuenta años de arte español. Son fieles y derrochadores: futbolistas del Madrid, Atleti o Barça, actrices porno, trapers, yutubers, promotores, presentadores estrella, tronistas, y gente que en general no ha leído ni su carnet de identidad.

Allí nos ponemos nombre raros. Nos partimos de la risa. Yo me hago me llamar Mostrofobo, hay un Hildualdo, un Geronte, un Berdonce, una La Tifa, Marcomio, Grisualda… y nos hemos inventado un saludo raro como si fuéramos masones.

Nos reunimos en casa del señor X. Solemos guantear e improvisar poesía muy cabreados y diciendo muchas palabrotas. Nos encanta meter animales raros en la casa y aunque lo dejan todo perdido de mierda, mola. Las chicas bailan raro y las luces ambientales parpadean y cambian de color, suelen pasar estrellas de Hollywood de las que nos reímos enseñándoles a decir tacos en español.

La gente se preguntará si esto es necesario.

Sí, por supuesto que lo es. El arte es un modo de vida, desenfadado y brillante, no un puto coñazo enclaustrado y fino.

Lo nuestro es un intento serio.

Hasta ahora esto ha sido más que suficiente para pasar a la eternidad.

El señor X fue capeón del peso gallo y le gusta tumbar a jóvenes actores en las sesiones de guanteo y luego les paga los implantes haciendo gala de fair play.

El señor X fue capeón de los pesos gallos y le gusta tumbar a jóvenes actores en las sesiones de guanteo. Luego les paga los implantes haciendo gala de fair play.

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